miércoles, 27 de mayo de 2009

¡Ya viene! ¡Ya llega!

Queridos todos:

Estamos cerca de una nueva edición de "Tiberíades".
La fecha que pensamos es desde el viernes 31 de julio hasta el domigo 2 de agosto en Casa de Encuentro "Corazón de Jesús".

Dentro de muy poco tiempo vamos a ir precisando un poco más los datos.

Lo importante es que se nos regala la posbilidad de hacer esta experiencia. ¿En qué consiste?

- Tres días de retiro, para mayores de 18, para encontrarnos con nosotros y con Jesús.
- Tiempo para ver en qué andamos y revisar nuestra vida.
- Posibilidad de silencio, oración, compartir, meditar, de la mano de Jesús que se acerca a la orilla de nuestra vida y nos invita...
- Hacer experiencia de Dios como hicieron los discípulos en la orilla del mar de Tiberíades, y poder narrarla, como hace Jn. 21.
- Ocasión privilegiada para "parar la pelota", cortar con la rutina, el ruido, las obligaciones, la internete, la tele...

Tiberíades, ¡tiempo para vos!




Si tenés más de 18...
Si querés tomarte unos días para vos...
Si querés estarte unos días con Jesús...

¡No te lo podés perder!




Abrazo.



Hno. Seba scj.

Aparición junto al mar de Tiberíades. Jn 21

1 Después de esto, Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así:2 estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.
3 Simón Pedro les dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron: "Vamos también nosotros". Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada.
4 Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él.
5 Jesús les dijo: "Muchachos, ¿tienen algo para comer?". Ellos respondieron: "No".
6 El les dijo: "Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán". Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla.
7 El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: "¡Es el Señor!". Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua.
8 Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla.
9 Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan.
10 Jesús les dijo: "Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar".
11 Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió.
12 Jesús les dijo: "Vengan a comer". Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: "¿Quién eres", porque sabían que era el Señor.
13 Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado.
14 Esta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos.

15 Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?". El le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos".
16 Le volvió a decir por segunda vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas".
17 Le preguntó por tercera vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?". Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: "Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas.
18 Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras".
19 De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: "Sígueme".

20 Pedro, volviéndose, vio que lo seguía el discípulo al que Jesús amaba, el mismo que durante la Cena se había reclinado sobre Jesús y le había preguntado: "Señor, ¿quién es el que te va a entregar?".
21 Cuando Pedro lo vio, preguntó a Jesús: "Señor, ¿y qué será de este?".
22 Jesús le respondió: "Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa? Tú sígueme".
23 Entonces se divulgó entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría, pero Jesús no había dicho a Pedro: "El no morirá", sino: "Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa?".